Si hay suelo, no hay techo: la metáfora es clara y sirve para señalar la misión de esta expedición. Para ello, con los sentidos bien abiertos y sin prisa, iremos explorando a lo largo de todo el viaje tu historia y tu presente, demorándonos en las situaciones más importantes –las cotidianas– de la crianza. En cada pausa, la búsqueda estará orientada por una reflexión que surge a partir de un posteo que he realizado, en algún momento, en redes sociales: se trata de las principales estaciones de este viaje. En la travesía te encontrarás también con algunas paradas especiales, detenciones en las que buscaré contarte –con un lenguaje llano y de la manera más ágil posible– la evidencia y los fundamentos que sostienen cada una de las reflexiones. Acompañándote en la marcha, en silencio –o no tanto–, estará tu hijo o hija: él o ella será tu guía, no yo. ¡Allá vamos!

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Si hay suelo, no hay techo: la metáfora es clara y sirve para señalar la misión de esta expedición. Para ello, con los sentidos bien abiertos y sin prisa, iremos explorando a lo largo de todo el viaje tu historia y tu presente, demorándonos en las situaciones más importantes –las cotidianas– de la crianza. En cada pausa, la búsqueda estará orientada por una reflexión que surge a partir de un posteo que he realizado, en algún momento, en redes sociales: se trata de las principales estaciones de este viaje. En la travesía te encontrarás también con algunas paradas especiales, detenciones en las que buscaré contarte –con un lenguaje llano y de la manera más ágil posible– la evidencia y los fundamentos que sostienen cada una de las reflexiones. Acompañándote en la marcha, en silencio –o no tanto–, estará tu hijo o hija: él o ella será tu guía, no yo. ¡Allá vamos!