Abrís el libro y … se encienden las máquinas, comienzan a sentirse ruidos de engranajes microscópicos, luces que prenden y apagan al ritmo del corazón, Son máquinas que funcionan, si es que funcionan, si es que se construyeron alguna vez; con combustibles ecológicos como el papel o los sueños. Todas máquinas muy útiles, muy necesarias: para hacer inviernos, para tener suerte, para hacer arcoiris. Autora: María J. Ferrada, Ilustrador: Fito Holloway
“Con Geografía de máquinas nos preguntamos por el funcionamiento de las cosas: los arcoíris, los recuerdos, las palabras dulces, la puesta de sol… Recorriendo la sociedad de inventores, por varios pueblos de América, se descubren estas ingeniosas y bellas máquinas”.
Un recorrido poético donde podremos descubrir a la “Máquina de hacer sinfonías” inventada por un músico de Jatibonico, en la isla de Cuba, que consiste en una grabadora que capta el canto de los pájaros. O la “Maquina de hacer Otoños” inventada en Chimbote, Perú, que es un tarro de pintura amarilla donde se ponen las hojas de los árboles hasta que termina el verano. Estas máquinas inventadas, artística y desopilantemente ilustradas, proponen a los lectores una invitación a un mundo de creación.

Geografía de máquinas

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Abrís el libro y … se encienden las máquinas, comienzan a sentirse ruidos de engranajes microscópicos, luces que prenden y apagan al ritmo del corazón, Son máquinas que funcionan, si es que funcionan, si es que se construyeron alguna vez; con combustibles ecológicos como el papel o los sueños. Todas máquinas muy útiles, muy necesarias: para hacer inviernos, para tener suerte, para hacer arcoiris. Autora: María J. Ferrada, Ilustrador: Fito Holloway
“Con Geografía de máquinas nos preguntamos por el funcionamiento de las cosas: los arcoíris, los recuerdos, las palabras dulces, la puesta de sol… Recorriendo la sociedad de inventores, por varios pueblos de América, se descubren estas ingeniosas y bellas máquinas”.
Un recorrido poético donde podremos descubrir a la “Máquina de hacer sinfonías” inventada por un músico de Jatibonico, en la isla de Cuba, que consiste en una grabadora que capta el canto de los pájaros. O la “Maquina de hacer Otoños” inventada en Chimbote, Perú, que es un tarro de pintura amarilla donde se ponen las hojas de los árboles hasta que termina el verano. Estas máquinas inventadas, artística y desopilantemente ilustradas, proponen a los lectores una invitación a un mundo de creación.